jueves, 16 de febrero de 2012



1..1.3.- DESCUBRIMIENTO DEL CÓDIGO GENÉTICO
En 1959 Severo Ochoa era galardonado con el premio Nobel por sus investigaciones sobre la síntesis del RNA, el intermediario entre la información genética del DNA y las “máquinas” proteicas. Sus trabajos le habían puesto a la cabeza de una de las búsquedas más importantes que había conocido la ciencia: la clave del código genético. Sin embargo, a principios de los años 60 un recién llegado al campo, el Prof. Marshall Nirenberg, pondría a prueba al genio español.
Ambos investigadores analizaron que combinaciones de bases de DNA generaban in vitro cada aminoácido utilizando técnicas derivadas de las investigaciones de Ochoa (por ejemplo una cadena de RNA CCCCCC… siempre genera el aminoácido prolina). La pelea entre ambos investigadores fue desigual:Ochoa estaba a la cabeza de dichos descubrimientos al disponer de las grandes herramientas que había desarrollado durante la década anterior. Sin embargo Nirenberg había atraído, con razón, la atención del mismísimo Francis Crick.
El primer gran paso consistió en descifrar el número de bases de DNA que codificaban cada uno de los 22 aminoácidos. 2 bases de RNA parecían quedarse cortas (4 tipos de base (A,U,G,C) en dos posiciones = 16 combinaciones) mientras que 3 bases (tripletes) se quedaban muy largas, 64 combinaciones. Si bien Francis Crick, entre otros, había sugerido esta opción razonando que varios tripletes codificarían un único aminoácido.El uso de polinucleótidos desordenados que contenían sólo dos bases (A,C en cualquier orden, por ejeemplo CCCAAACCACACAAC…) y un buen análisis estadístico de los aminoácidos generados permitió al grupo de Niremberg demostrar que la proporción de 2 de los aminoácidos generados sólo era posible mediante tripletes: combinaciones de dos C y una A para los dos casos, aunque aun no sabían el orden. (ver figura 1). Por primera vez el grupo de Nirenberg parecía imponerse al de Ochoa.

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